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La transformación digital ya no es una opción

¿Cómo comprender la analogía urbano-digital?

Transformación digital. Si no estas en Internet no existes.

El Covid_19 ha provocado grandes daños en nuestra sociedad, así como la obligación de adaptarnos a un nuevo esquema, tanto a nivel social como profesional.

La intrusión de este enemigo de no más de 5 micras en una sociedad occidental acostumbrada a ser pionera, fuerte y en constante evolución, ha roto nuestros esquemas. Nuestras rutinas de reunión y contacto directo, de momento, no nos valen. Esta reestructuración está implantando una conciencia social de apoyo y generosidad que es la herramienta más útil a nuestro alcance contra este enemigo común.

Este pequeño microorganismo nos ha obligado a, de un día para otro, sustituir todas nuestras metodologías laborales, por el teletrabajo y la necesidad obligada de reinvención profesional.  Son multitud de empresas (desde pequeños comercios hasta grandes multinacionales) las que se unen día a día al apoyo por el cambio tecnológico de reinvención y transformación digital para que todos y cada uno de nosotros podamos salir adelante.

En lo que se refiere al Marketing, tenemos que ser muy conscientes de que Internet es ahora la nueva calle y que para hacernos visibles en estas nuevas vías de la “Internet-urbana” (como me gusta denominarlo, ya que los ‘marketeros’ somos muy fans de ponerle nombre a todo) hay que saber manejar todas las herramientas del marketing online y tener una imagen bien cuidada en la Red. Para ello hay que crear una analogía urbano-digital que explique las estructuras a las que nos enfrentamos, y que pueden jugar a nuestro favor:

  •  Internet es la calle: las aceras, las vías públicas, los callejones y atajos que ahora recorren los consumidores, están en la Red.
  • Las Redes Sociales son los escaparates: es donde nuestro público objetivo y nuestra comunidad, van a fijarse en nosotros. Ahí es donde tenemos que mostrar nuestros productos y/o servicios y nuestro potencial, donde tenemos que cuidar nuestra imagen y ser muy eficientes en cuanto al diseño y los mensajes que mandamos a través de estos escaparates virtuales. Hay que saber escuchar a la comunidad que nos rodea, conocer sus necesidades, sus intereses, sus miedos y, en definitiva, todas sus características para poder hacerles llegar los mensajes adecuados.
  • Las páginas web o ecommerce, las nuevas tiendas: es en efecto, donde se realizarán las conversiones que le interesan a cualquier empresa, grande o pequeña. Generar tráfico a nuestra “tienda” es el objetivo primordial que hay que implantar en cada negocio, pero teniendo cuidado. El primer paso siempre es generar confianza y por lo tanto, los mensajes que debemos de lanzar no deben estar enfocados a la venta así, de golpe. Primero hay que saber generar lazos de confianza con nuestro target y para ello, hay que ser notorio en la red.

Este esquema, si llegamos a imaginarlo correctamente, es el que impera en estos momentos. La transformación digital ya no es una opción, sino una necesidad. Si no estás en Internet, no existes. Esto, es un hecho.

La cuestión que muchos se plantean ahora es ¿Cómo puedo hacer que el público que antes venía a mi negocio, lo haga ahora en estas circunstancias? O lo que es más importante ¿cómo hago yo para llegar a ellos?, y es aquí donde tiene cabida la idea de “la reinvención”. Son preguntas que se evidencian más con las circunstancias actuales, pero que debemos hacernos en cualquier situación.

Es una cuestión difícil, no vamos a negar la evidencia, pero si entre todos logramos “darle la vuelta la tortilla” y aprender a ver esta estructura digital desde un punto de vista productivo y creativo, estoy segura de que seremos capaces de resolver estas cuestiones y alcanzar objetivos para que poco a poco, cada negocio, vuelva a florecer.

  1. En primer lugar, y como prioridad, hay que valorar la situación del sector en el que cada uno se encuentre; valorarla desde un punto digital, es decir, realizar auditorías comunicacionales para observar cómo estamos implantados en la nueva calle (o siquiera si lo estamos). Una vez evaluado este factor, podemos llegar a conclusiones sobre cómo de bien lo estamos haciendo, dónde estamos fallando y cómo podemos solventar las deficiencias que encontremos.
  2. Una vez tengamos estos datos, hay que pasar al nivel estratégico. ¿Qué pasos he de seguir para conseguir mis objetivos y así mejorar mi posicionamiento online? ¿Tengo que cambiar mensajes? ¿Renovar mis diseños? ¿Darle una vuelta de tuerca a mis creatividades e incluso a la propia imagen corporativa de mi empresa?
  3. Tras tener claros los objetivos y determinadas las estrategias a seguir, el siguiente paso es  ponerlas en práctica siempre a través de una calendarización óptima, donde cada una de las acciones a poner en marcha estén bien evaluadas y planteadas, con objetivos claros para después pasar al siguiente punto, la evaluación. Analizar cada paso objetivamente y comenzar a realizar pruebas A/B que permitirán conocer qué mensajes han alcanzado más eficazmente a tu público objetivo y cuáles no han sido recibidos correctamente.
  4. Una vez se realice esta evaluación y estas pruebas A/B podemos pasar a configurar “mini campañas” digitales a través de plataformas como Facebook e Instagram o Google Ads.

Como conclusión, tan solo decir que hay que “cambiar el chip” pero con cuidado y cautela. Es un cambio drástico para todos y existen tantos beneficios como baches en el camino. Sea como sea, la clave está en no quedarse parado, investigar, probar, experimentar y salir adelante es responsabilidad de todos.

¡No te pares!

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